Teníamos un destino claro, la nieve, esa nieve que está en esas montañas lejanas, quien todo el mundo ve sin saber su paradero.
Y sin más llegar, un baso de vino, risas entre frio, la verdad es que no íbamos nada preparados, con solo nuestros gorritos y sudaderas, nos congelábamos los dedos por nuestra dosis de nicotina.
Pero ese sitio frio, nos llevo a una sonrisa mágica, donde entre fotografías perdimos nuestros problemas, donde si teníamos que repetir nuestros pasos por ver la Luna, lo íbamos a hacer hasta que el día se acabara, como quien mato esa colilla final.